Enviar dinero de una cuenta a otra es una operación que se repite muy a menudo en el entorno financiero. Casi cada día, se producen traspasos y transferencias que lo que hacen es mover distintas cantidades de dinero. Ahora bien, ¿hay alguna diferencia entre traspaso y transferencia? Es cierto que, a priori, parecen dos conceptos sinónimos, pero esconden distinciones que conviene aclarar.
Muchos usuarios se preguntan, en este contexto, qué es un traspaso bancario. Sigue leyendo para averiguar en qué consiste y en qué se diferencia de una transferencia normal y corriente.
Como ya hemos avanzado, hay una serie de diferencias entre estos dos conceptos. Una transferencia es un envío de dinero que se realiza a la orden de un cliente desde su cuenta en una entidad (lo que designamos como ‘ordenante’) a otra cuenta en una entidad distinta (lo que entendemos como ‘beneficiario’). En esa operación intervienen el número de cuenta del destinatario, el IBAN, y, también, el nombre de dicho beneficiario.
El traspaso es también un envío de dinero, pero en este caso se realiza entre cuentas de una misma entidad bancaria. Con los traspasos, el beneficiario puede ser el mismo ordenante, que hace un movimiento de dinero a otra cuenta de su propiedad, o bien otro cliente del banco en cuestión. Las consecuencias principales son que, en primer lugar, el dinero suele llegar más rápido y que, en segundo lugar, rara vez conlleva comisiones.
Aquí encontramos la primera distinción y, quizá, la más fundamental. En función de las entidades implicadas:
En función de las comisiones aplicadas, es decir, las que cobra el banco por los movimientos:
En función de si el movimiento se produce con inmediatez o, por el contrario, se prolonga en el tiempo:
Si empleamos efectivo o no:
Conceptos bancarios
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