Si crees que los riesgos financieros son solo cosa de grandes empresas o de expertos en bolsa, puede que estés pasando algo por alto. Entender los tipos de riesgos financieros puede ser una herramienta práctica para cualquier persona que quiera cuidar mejor su dinero.
Hoy vamos a desglosar los diferentes tipos de riesgos financieros que existen, para que puedas identificarlos, entenderlos y empezar a tomar decisiones más conscientes con tu dinero.
Pero antes de ir uno por uno, vamos a sentar las bases:
El riesgo financiero es la posibilidad de perder liquidez, ya sea porque una inversión no dé el fruto esperado u otros factores relacionados directa o indirectamente con tu dinero. Afecta tanto a la economía domestica de particulares como a empresas y gobiernos, y se presenta de múltiples formas. Vamos a conocerlas:
Este es probablemente el más conocido, sobre todo cuando se habla de inversiones. El riesgo de mercado hace referencia a la posibilidad de que el valor de un activo (acciones, bonos, divisas, etc.) cambie por razones externas, como una crisis económica, cambios en los tipos de interés o incluso decisiones políticas.
Si inviertes en bolsa, estás directamente expuesto a este riesgo. Pero también puede afectarte indirectamente, por ejemplo, si sube el euríbor y tienes una hipoteca variable.
Hablando en plata, el riesgo de crédito aparece cuando existe la posibilidad de que alguien no pague. Dicho de otra manera, de que una de las partes no cumpla con sus obligaciones financieras.
Esta situación puede darse cuando un banco presta dinero y no lo recupera, pero en tu día a día, puede colarse en situaciones más comunes de lo que parece: desde prestar dinero a un conocido hasta confiar en una tienda online sin saber si te enviará el pedido.
Este es uno de los más incómodos, porque no siempre se puede prevenir. El riesgo de liquidez surge cuando no puedes convertir tus activos en dinero de forma rápida sin perder valor.
Por ejemplo, cuando tienes una casa en propiedad, pero necesitas venderla urgentemente. Si el mercado no acompaña, podrías tener que bajar el precio mucho para conseguir un comprador.
No tener liquidez también implica que, ante una emergencia, podrías tener que endeudarte. Por eso, muchas personas tienen preparado su propio fondo de contingencia.
En muchas ocasiones, las decisiones de los gobiernos pueden tener un gran impacto en tus finanzas. Subidas de impuestos, cambios en las leyes laborales, inestabilidad institucional o incluso conflictos armados en el extranjero pueden modificar de forma brusca el panorama económico.
Además, si tienes dinero en el extranjero o inviertes en otros países, este tipo de riesgo se multiplica.
La inflación no es un riesgo visible, pero es constante. Se trata del aumento generalizado de precios con el paso del tiempo, lo que provoca que con el mismo dinero puedas comprar menos.
Imagina que tienes 1.000 € guardados durante un año. Si la inflación es del 5 %, al final del año, ese dinero tendrá el poder de compra de 950 € actuales. No has perdido dinero en cantidad, pero sí en valor.
Este tipo de riesgo financiero es especialmente dañino a largo plazo, sobre todo si mantienes tu dinero en efectivo o en cuentas que no generan rentabilidad. Por eso, en Renault Bank disponemos de una serie de soluciones con gran rentabilidad para nuestros clientes, como nuestra Cuenta Contigo y los Depósitos Tú+.
Aquí hablamos de los fallos internos: errores humanos, problemas tecnológicos, fraudes o sistemas mal diseñados que pueden hacer que pierdas dinero o que una operación no se lleve a cabo correctamente. Por ejemplo, si una app bancaria falla y no puedes acceder a tu dinero justo cuando lo necesitas.
Aunque no siempre podemos controlar estos fallos, sí podemos reducir su impacto: usar contraseñas seguras, revisar movimientos con frecuencia, o diversificar nuestras herramientas financieras.
En lo financiero, el riesgo legal puede implicar que no puedas reclamar un dinero que te deben, que tengas que pagar una multa inesperada o que un producto en el que invertiste resulte no estar bien regulado.
También puede darse ante cambios normativos o cuando una situación no está bien cubierta por la ley. Por ejemplo, si firmas un contrato con cláusulas abusivas que no entiendes del todo.
Informarse antes de firmar, leer la letra pequeña y, si es necesario, consultar a profesionales, es clave para minimizar este tipo de riesgo.
Entender estos riesgos financieros te ayuda para poder tomar decisiones y minimizar su impacto. Por eso, si después de conocerlos te estás planteando cómo proteger mejor tu dinero, lo mejor es confiar en una entidad que te ofrece todas las garantías, como Renault Bank
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