Ya sabemos, por mediación de anteriores posts, que abrir un depósito bancario, es una opción muy sensata si queremos ganar dinero a la vez que ahorramos. Un depósito de estas características, ya sea a la vista o a plazo fijo, funciona mediante una contraprestación al cliente a cambio de la entrega de su dinero a una entidad financiera concreta. Es decir, un particular, o una empresa, deposita sus ahorros en un banco y, a cambio, gana dinero por el mero hecho de tenerlos inmóviles, sin ninguna actividad.
Ahora bien, ¿son todos los depósitos igual de rentables? La respuesta, claramente, tiene una vertiente negativa: no. Por supuesto, hay unos depósitos bancarios más rentables que otros, y para que así sea se tienen que cumplir una serie de requisitos muy claros. Hay muchos factores que influyen en la rentabilidad de un depósito y aquí, en este artículo, vamos a verlos detenidamente uno por uno. La idea es que tengamos unas nociones básicas para que a la hora de abrir un depósito bancario en nuestra entidad podamos hacerlo sin ningún reparo ni duda.
A la hora de abrir un depósito con nuestro banco, tenemos que fijarnos en ciertos aspectos que son cruciales para definir la rentabilidad final. No olvidemos que queremos sacar el máximo partido a nuestro dinero y que algunos bancos aportan más en el largo plazo que otros. Estos son los aspectos:
Será el tiempo que se mantenga abierto el depósito en la entidad financiera. Aquí hay distintos tiempos y todos ellos dependen del perfil del cliente. Si desea disponer de su dinero en el corto plazo, se recomienda que la duración sea mínima, de meses. Si, por el contrario, desea disponer de su dinero en el largo plazo, se recomienda que la duración aumente y sea, finalmente, de años. Conviene tener en cuenta que cuanto más tiempo pase el dinero en el depósito, mayor será la rentabilidad. Esto es así porque el banco compensa el tiempo que nos aleja de nuestros ahorros con un mayor interés.
Los bancos, casi todos, suelen establecer unos importes mínimos y máximos. Tenemos que ver qué cantidad total de capital invertiremos, y tener por seguro que no necesitaremos ese dinero ni en el corto ni en el largo plazo. Ojo, porque muchas entidades financieras no permiten retirar el dinero de forma anticipada, y hacerlo, en algunos casos, conlleva una penalización gravosa para el cliente. Tendrá que ser un dinero, por tanto, que no vayamos a necesitar en caso de un contratiempo personal.
Hemos hablado ya de los intereses. Cuando el cliente deposita su dinero en el banco, éste se compromete a entregar una rentabilidad. El interés tan solo representa un dato y la materialización de esa rentabilidad. Tendremos que fijarnos, como ya hemos visto en otros posts sobre depósitos, entre el Tipo de Interés Nominal y la Tasa Anual Equivalente. Es decir, tendremos que ver las diferencias entre el TIN y la TAE. La TAE es mucho más fiable porque incorpora las comisiones que se cobran para sí los bancos.
Para calcular la rentabilidad de los depósitos bancarios, necesitamos una calculadora y una serie de datos a mano. Cada banco suele tener una calculadora de depósitos propia, como Renault Bank. Pero expliquemos qué parámetros necesitamos para generar una rentabilidad y saber cuánto ganaremos con la entidad si depositamos el dinero.
Es un cálculo algo complejo, por eso te recomendamos que entres en la página web de Renault Bank y veas, con nuestras cuentas automáticas, cuánto ganarías en función del plazo.
Finanzas personales
Finanzas personales
Finanzas personales
Finanzas personales